Perdóname si alguna vez te hice daño, porque no quería.
Perdóname si te quedaste esperando horas y días a que contestase tus mensajes, sin ninguna respuesta.
Perdóname si esperabas algo más de mi, no pude darte más.
Perdóname por hacerte perder el tiempo, seguramente podrías haberlo derrochado en algo mejor que en escuchar mis excusas.
Perdóname por no sentir lo mismo que tú has sentido, por no poder convencer a mi cerebro y a mi corazón para que tomen las mismas decisiones.
Y es que, al final siempre he hecho caso al corazón. A ese loco suicida que no piensa y solo siente. Y mientras él me decía que me fuese, mi cerebro me repetía «Sigue, es lo correcto para ti» Pero, ¿a mi qué me importa que sea lo correcto si no me hace feliz? Si por mucho que busque razones lógicas, por muchas listas de pros que haga, si no me llena, no me sirve. Yo quiero sentimientos completos, nada de sentir a medias.
Lo siento, pero no voy a hacerte perder el tiempo. No eres para mi, lo sé, simplemente porque si fueses para mi no dudaría ni un momento en intentar algo por muy imposible que fuese, por muy difícil o por mucho daño que me hiciese.
Y me dirán «inténtalo, no pierdes nada» Qué pesados, sois muy pesados. ¿Cómo que no pierdo nada? Pierdo y hago perder. Pierdo tiempo, pierdo ganas y pierdo ilusión. Y hago perder lo mismo a las personas que esperan algo de mi.
Esto es como empezar una carrera que sabes que no te gusta, a la que no te quieres dedicar y que sabes que suspenderás. ¿Para qué vas a hacer eso? ¿Para qué seguir con algo que sabes que no tiene futuro en tu vida, algo que no te completa?
Esta claro que no sé lo que me va a hacer completamente feliz, nadie lo sabe, porque la vida da mil vueltas y el futuro no está escrito. Pero lo que sí sé, es lo que no quiero. Solo con saber eso, puedo estar unos centímetros más cerca de lo que me hará feliz, y eso, me basta.
Y si te digo que me olvides, hazlo. Y si te digo que no me escribas, hazlo. Y si te digo que estoy agobiada, que no puedo más y que no tengo tiempo, hazme caso. Seguramente me arrepienta con el tiempo, seguramente piense en lo estúpida que he sido, pero deja que me de cuenta yo sola.
No sé a ti, pero a mi me hubiese encantado que ciertas personas me hubiesen dicho esto a su debido tiempo. Me hubiese ahorrado tanto… tanto tiempo perdido, tantas noches pensando qué hacía mal, tantos mensajes sin contestar.
Nos da miedo hacer daño diciendo lo que sentimos, y al final hacemos más daño por no decirlo. Nadie es adivino, hablemos claro. ¿Sientes algo? Dímelo. Y si no lo sientes, también.
A lo que iba. Que lo siento. No te enfades, sabes que no es mi culpa ni la tuya. Sabes que nadie es dueño de lo que siente, y que si lo fuese la vida sería un verdadero aburrimiento. Duele, sí. Pero así supongo que es más entretenido. Y al final, nos gusta lo que nos hace la vida un poco más complicada, o al menos a mi sí.
Perdóname por querer sentir cuando no puedo, ojalá seas feliz con alguien que pueda sentir lo que no he sentido yo, porque te lo mereces. Y yo. Y todos. Nos merecemos sentimientos completos, nada de vasos a medias ni de dudas.
Nos merecemos sentir, y ser sentidos.